Programa de inmersión en la cultura y la lengua inglesas
El desafío
La cliente es italiana y trabaja como directora de operaciones regionales para una importante empresa de gestión minorista internacional con sede en Italia. Su intención era mejorar su acento, gramática, vocabulario y capacidad para interactuar de manera más natural a nivel social lo más rápido y sencillo posible, con el fin de comunicarse mejor con colegas de Europa y Canadá.
Nuestra solución de formación
Diseñamos un programa personalizado que se adaptaba a la apretada agenda de la cliente y a sus requisitos específicos con relación al idioma.
- Sesiones iniciales de formación en vídeo de 1,5 horas semanales
- Programa intensivo de cuatro días, con estancia en casa de un anfitrión en Oxford Sesiones de idioma matutinas seguidas de almuerzo con invitados y actividades culturales, acompañada por instructores de idiomas, por las tardes
- Más sesiones en vídeo para reforzar los resultados del programa intensivo en el Reino Unido
Los resultados
Tomarse un tiempo de su intenso horario de trabajo para pasar cuatro días inmersa en el idioma y la cultura inglesas, en Oxford, permitió a la cliente concentrarse plenamente en mejorar su inglés y obtener resultados rápidamente. Durante su estancia, hablaba inglés desde el desayuno hasta la hora de acostarse, por lo que, inevitablemente, sus conocimientos y competencias del idioma mejoraron significativamente, al igual que su confianza y su capacidad para interactuar socialmente y establecer relaciones en inglés.
Estas mejoras se vieron reforzadas gracias a sesiones de seguimiento en vídeo.
Esquema del programa
El programa combinaba la mejora del idioma con la familiarización con la cultura británica.
- Las mañanas se dedicaban al progreso en el idioma. Guiada por nosotros, la clienta se marcó sus propias metas, dedicando este tiempo a corregir sus errores, suavizar su acento y ampliar su vocabulario y locución.
- El almuerzo tenía lugar en un restaurante diferente de Oxford cada día, con el formador principal y un invitado cuidadosamente seleccionado. Los invitados se eligieron por su compatibilidad con la cliente, proporcionando un contexto auténtico para practicar la interacción social y discutir áreas que fueran de su interés. El formador participó en cada etapa para maximizar el potencial de aprendizaje. El almuerzo iba seguido de una sesión informativa sobre el idioma.
- Las tardes se dedicaban a participar en diferentes actividades comerciales y culturales de interés para la cliente, en compañía del formador o de un invitado. Aquí se incluyeron un recorrido por algunas de las universidades más destacadas con un ex alumno de Oxford, visitas a un museo de arte moderno, el palacio de Blenheim y el centro comercial Westgate, una visita guiada a la fábrica BMW Mini y, por último, aunque no por ello menos importante, «té con pastelillos y crema» en el famoso Old Parsonage Hotel, del que se dice que era uno de los lugares favoritos de Oscar Wilde.
- Las tardes las pasábamos cenando y disfrutando de una conversación relajada en casa de la anfitriona, con unos momentos de tranquilidad para reflexionar y absorber el aprendizaje del día (¡con todo, nos las arreglamos para hacer hueco e ir una noche al cine!).